Artículo  publicado por el autor de este blog en mundiario.com
El 15 de septiembre del año 2008, con la quiebra de Lehman Brothers, 
se hacia oficial una crisis en el sistema bancario mundial que ya había 
provocado tensiones en los mercados financieros en el verano de 2007. 
Ante la incapacidad de reacción inicial, típica de alguien al que un 
determinado hecho le coge por sorpresa, junto a la bajada progresiva del
 tipo de interés, en Marzo de 2009 la Reserva Federal inicia su primera 
ronda de inyección de liquidez mediante la compra de bonos (lo que se 
conoce como Operaciones de Mercado Abierto), que continuaría en 
Noviembre de 2011 con la segunda ronda y posteriormente, en Agosto de 
2013, con el QE3 en combinación con la denominada Operación Twist ( 
consistente en la compra de bonos con vencimiento a seis y treinta años,
 junto a la venta de bonos con vencimiento a tres o menos años en 
posesión del Tesoro) iniciada en Octubre de 2011, con vigencia actual en
 ambos casos. Así  Ben Bernake marcaba la hoja de ruta al resto de 
bancos centrales a la hora de hacer frente a las turbulencias 
financieras que ya comenzaban a dañar a la economía real. En este 
gráfico pueden ver la evolución de los tipos de interés en la última 
década:
A grandes rasgos, los principales planes de estímulo 
monetario que se han aplicado o se siguen aplicando en la actualidad 
tienen las siguientes características:
- Reino Unido: Compra de activos por parte del Banco de Inglaterra por valor de 308 mil millones de Libras (357 mil millones de euros) y tipos de interés en el 0,5% desde Febrero de 2009.
- Eurozona: Tipos de interés por debajo del 1,25% desde Diciembre de 2011 (0,75% en la actualidad), dos LTRO (subastas de liquidez a tres años por parte del BCE a los bancos comerciales) en donde se inyectaron más de mil millones de euros al sistema financiero y una reducción del coeficiente de caja del 2 al 1%.
- Japón: Actualmente el Bank of Japan tiene situado el tipo de interés en el 0,1%. El caso japonés es especial, pues desde su crisis bancaria de los años 90 lleva aplicando sistemáticamente planes de estímulo fiscal y monetario con escaso éxito (sus tipos de interés llevan en torno al 0% desde 1999).Recientemente el gobierno nipón ha anunciado un nuevo plan de estímulo por valor de 10,3 bilones de Yenes. El pasado mes de Septiembre su banco central llevó a cabo una expansión monetaria por valor de 10 billones de Yenes (97.000 millones de euros).
¿Qué buscan los Bancos Centrales con la aplicación de estas medidas? 
 Por un lado, ante la incapacidad de los Estados de amortizar su deuda, 
buscan generar procesos inflacionarios con los que provocar una 
devaluación de dicha deuda y que esta tenga una mayor facilidad de pago.
 Por otro lado buscan una depreciación de su tipo de cambio para 
aumentar sus exportaciones y así  contrarrestar el impacto negativo que 
consumo e inversión tiene sobre el PIB. Por último, buscan que la banca 
comercial disponga de liquidez suficiente para comenzar a conceder 
crédito al sector privado. Quien siga día a día la actualidad económica 
se habrá dado cuenta de que el único de los objetivos que se ha 
conseguido es el del aumento de las exportaciones, que ha permitido a 
países como España ir reduciendo poco a poco su déficit por cuenta 
corriente.
Perjuicios a los ciudadanos de a pie
Pero más que bonanzas en la economía mundial, los estímulos 
monetarios provocan perjuicios a los ciudadanos de a pie, perjuicios que
 no son palpables de modo inmediato pero que son devastadores a medio y a
 largo plazo. La inyección masiva de dinero y los bajos tipos de interés
 provocan una pérdida de valor de éste que sufren de modo inmediato 
consumidores  y  estados. Especialmente dura es la depreciación del 
dólar, dado que al ser la moneda principal en las transacciones 
internacionales (el 75% de ellas se realizan en esa moneda) sus efectos 
son notables en la economía global. En todo mercado, el incremento de la
 oferta monetaria no acompañado por un incremento proporcional de bienes
 y servicios, genera episodios inflacionarios. Esto se ve claramente en 
los precios de las distintas materias primas, pues todas cotizan en 
dólares. El aumento de la oferta de materias primas es muy reducido 
frente al brutal aumento de la oferta monetaria americana, el resultado 
es un incremento del coste de las materias primas que es trasladado al 
consumidor vía precios. Su dinero tiene menor valor y usted se 
empobrece, así de sencillo. Es ese impuesto silencioso llamado 
inflación.
La realidad es que los denominados planes de estímulo no están 
consiguiendo su objetivo basta con ver sus resultados: en el caso 
británico el pan de estímulo del BoE junto con la expansión del gasto 
derivado de las obras de los Juegos Olímpicos y el aumento de los 
ingresos derivados de estos, ha tenido como resultado una triple 
recesión y un estancamiento del desempleo en el 7,7%. En Japón, tras 
veinte años de estímulos, no logran que su economía remonte. En USA, a 
pesar de que la Reserva Federal ya ha imprimido una cantidad de moneda 
superior al superávit comercial chino, sólo han logrado estabilizar el 
desempleo en niveles de la recesión de 2009.Además la economía americana
 podría estar comenzando una nueva fase de desaceleración, tal y como 
explica en su blog el periodista Diego Sánchez de la Cruz
Sólo entre 2008 y 2012 se estima que el dólar americano ha perdido un
 20% de su valor. Históricamente, las devaluaciones monetarias no han 
logrado sus objetivos de crecimiento ( recordemos que esta era una de 
las recomendaciones que el FMI hacía a los paises en vias de desarollo),
 pero lo que sí han provocado son enormes perjuicios tanto por la 
pérdida de nivel adquisitivo de los ciudadanos como por el 
proteccionismo en la producción de los paises. Como decía esta semana un
 gestor de fondos de la City de Londres, “si las devaluaciones generasen
 crecimiento, Zimbabwe sería el líder de la economía mundial”.
La actual crisis que padecemos se originó como consecuencia de una 
política monetaria laxa, definida por los bajos tipos de interés que 
generaron un falso efecto riqueza entre la población: EL precio de los 
pisos subia, y el crédito no se encarecía. Las personas se creían más 
ricas pero eso no era riqueza, era inflación. Los Bancos Centrales están
 intentando sacar a las economías de la crisis con las mismas recetas 
que nos metieron en ella. Reconozcamos que nos han salvado de la 
castástrofe, pero a cambio de la mayor de las incertidumbres , a cambio 
de no saber que consecuencias tendrá en el futuro el mayor episodio de 
intervención monetaria de la historia.


 
